Parque Santa María Mazzarello

Valencia | 2019

Rehabilitación de la plaza Santa María Mazzarello en Valencia. El proyecto paisajes de juego forma parte de una serie de intervenciones que pretenden, mediante la implantación de una plataforma de juego libre, regenerar y revitalizar espacios urbanos olvidados.

Paisajes de Juego es un proyecto que nace con el objetivo de rehabilitar un espacio urbano perdido, un patio de manzana convertido en aparcamiento, del que nunca habían podido hacer uso los vecinos. El proyecto busca convertirse en un punto de encuentro lúdico-social para todos los vecinos del barrio y muy especialmente para los niños. En consecuencia, toda la intervención se articula en torno a un espacio de juego infantil, que se ubica en la parte más protegida de la parcela, lejos del tráfico rodado y abrazada por vegetación.

Se huye de convertir el parque en una colección de objetos estandarizados para el juego: “el columpio”, “la casita” y “el balancín” que se presentan a los niños de forma repetitiva y sin conexión entre ellos. En su lugar, se propone un entorno en el que todos los juegos formen parte de un todo, de un paisaje que los engloba, que pretende sorprender al niño al tiempo que se deja sorprender por él. Sorprender al niño, en cuanto a que se trata de un parque de juegos único y especial de su barrio. Y dejarse sorprender porque cuando a un niño se le da un tablero sin normas, es capaz de convertirlo en cualquier escenario.

Se persigue despertar esa creatividad inagotable con el uso de distintas superficies, materialidades y formas. Por un lado, se generan dos planos de juego independientes que, sin llegar a tocarse, encierran una masa de aire que se expande y se contrae proponiendo recorrer el espacio como un juego en si mismo. 

Por otro, cada uno de estos planos se transforma permitiendo acoplar los juegos tradicionales, tales como: presas de escalada, red de trepa vertical y tobogán siempre como mecanismo de transición entre ambos planos. Esta doble horizontalidad genera infinitos recorridos permitiendo al niño experimentar distintas sensaciones utilizando los mismos elementos.

Tras la intervención, la plaza Santa María Mazzarello aleja los usos impropios que ha albergado las últimas décadas, para recoger actividades de barrio asociadas a su entorno más próximo. La zona verde con bancos junto al acceso bajo la sombra de los árboles, se convierte en un lugar amable para la lectura, pero también en punto de encuentro a la salida del colegio, ubicada a pocos metros. Continuando hacia el este, atravesando la zona verde, el plano de suelo desciende y el paso de los niños se acelera para llegar a la zona central de juego. A partir de este punto, el niño se vuelve protagonista en un paisaje pensado y diseñado para el juego. Y así, funcionando como una plaza, esta pequeña porción de ciudad llamada “Plaza Santa María Mazzarello” recupera su identidad.

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