Caminos y bancales. Parque Jose María Haro

Valencia | 2017

En la complejidad de las ciudades actuales, podemos encontrar, en ocasiones, espacios de oportunidad. Vacíos no colmatados que los habitantes van colonizando de distintas formas mediante usos espontáneos como aparcamientos, zonas de paseo de perros, espacios de juego o deporte, etc.

Esta parcela se presenta como uno de esos vacíos. Un espacio sin identidad que la gente atravesaba de forma diaria acortando su recorrido y que ocasionalmente servía como aparcamiento.

Delimitada por calles peatonales en tres de sus cuatro costados, el solar consigue generar un entorno protegido del tráfico rodado en el cual desarrollar actividades de encuentro social. El proyecto, además de dar respuesta a la necesidad de espacios de congregación, trata de convertirse en un vector de conexión entre tres puntos y, a su vez, generar un paisaje propio.

El parque se entiende como un conjunto de vectores que van conectando las distintas calles de su perímetro. A su vez, la propia topografía te recoge desde estas calles y te adentra en los sinuosos caminos que, entre taludes florales, recorren el parque enmarcando una gran variedad de zonas de juego.