Propuesta para la nueva biblioteca municipal de Villaverde en Madrid. Pretende ser un centro cultural abierto al espacio público que permita aglutinar actividades colectivas de cualquier escala. La pieza, elevada en tu cota inferior, permite insertar la calle bajo la propuesta para establecer un diálogo entre las actividades desarrolladas en el centro y el entorno urbano más próximo.

Concurso Biblioteca Villaverde – 3E
Madrid | 2019
Propuesta para la nueva biblioteca municipal de Villaverde en Madrid. Pretende ser un centro cultural abierto al espacio público que permita aglutinar actividades colectivas de cualquier escala. La pieza, elevada en tu cota inferior, permite insertar la calle bajo la propuesta para establecer un diálogo entre las actividades desarrolladas en el centro y el entorno urbano más próximo.

El entramado urbano actual en las ciudades de nuestro país, donde la excesiva construcción renuncia al espacio público de calidad, dificulta los modelos urbanísticos en los que es posible habitar un lugar. Aquellos en los que se pueden localizar lo que el geógrafo inglés David Harvey llama “lugares de esperanza”.
En un contexto industrial en la periferia de la ciudad de Madrid, lugar de crecimiento y expansión de la misma, el proyecto reivindica el mestizaje urbano como modelo a desarrollar. Espacios y lugares que congreguen a la gente en lugar de segregarla.
Desde un primer momento, hay una voluntad de elevar la pieza, de meter la calle bajo la propuesta, estableciendo un diálogo con el espacio urbano. Se toman como modelo grandes ejemplos de la arquitectura que hacen ciudad a la vez que edificio, que regalan espacios al barrio, generando lugares agradables donde estar, comer, leer, charlar, ¡convivir! Se busca abandonar la idea de que las aceras son solo lugares de paso, se buscan aceras para estar, aceras que se ensanchen y generen plaza y vida. Se quiere contribuir, a través de la arquitectura, a mejorar la vida de todos los vecinos y vecinas de Villaverde, incluso los que no son tradicionalmente usuarios de biblioteca, se piensa en ellos también, en como este nuevo equipamiento puede abrirse a todos ellos ayudando a construir barrio y sentimiento de pertenencia. Así pues, se apuesta por una continuidad del espacio público total, con una consecución de plazas descubierta-cubierta-descubierta que pueden funcionar juntas o separadas y en las que todo puede pasar.
En esta consecución de plazas, los apoyos del edificio se reducen a la mínima expresión a través de arcos de descarga, que no hacen sino liberar el espacio público constituyendo un lienzo en blanco, ininterrumpido, que aprovecha toda su amplitud para dar cabida a actividades colectivas de cualquier escala, incluso algunas más multitudinarias como conciertos, danza-teatro, exposiciones, cine de verano proyectado en cualquiera de las dos fachadas que vuelcan a las plazas… La idea de una biblioteca como lugar de referencia no solo del mundo literario, sino de la cultura en su sentido más amplio, en todas sus variantes y formas.
El edificio, elevado sobre la plaza que atraviesa toda la intervención, se presenta como un “hito horizontal” que asienta sobre 6 grandes bóvedas. Se establece una relación de “puertas abiertas” con la ciudad, donde estas 6 entradas nos dan paso a una gran plaza cubierta que sirve como antesala de la biblioteca.
Su envolvente cerámica, recuerdo de la industria que un día hubo en Villaverde, se abre hacia el futuro eje de equipamientos que llega hasta el parque lineal del Manzanares realzándose así como elemento dinamizador desde el cual se podrá conectar la zona más urbana y residencial con el corredor verde.







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